En pocos meses de diferencia, dos personas de mi entorno han dejado su trabajo. Simplemente han renunciado. Eran en ambos casos puestos de alta cualificación, de alta especialización, con una responsabilidad intermedia y un buen sueldo en una gran ciudad. No pueden más. Están cansadas de acatar decisiones injustas y de tener que lidiar con equipos que no pueden escoger, hartas de que se les exija cada vez más responsabilidad, de llevarse los problemas a casa, de la presión, de tener ansiedad, de tener que estar disponibles en su tiempo libre, de que no se escuchen sus peticiones y propuestas de mejora, y hartas de que cuando al fin se les reconoce un aumento de sueldo que creen que es para compensar lo que ya están haciendo, resulta que es una propina en comparación con la avalancha de nuevas tareas y exigencias que se les cae encima. Son personas muy válidas y responsables que simplemente no están dispuestas a asumir estas condiciones. Pueden dimitir y lo han hecho. Ahora quieren descansar, ‘resetearse’ y pensar en cómo quieren que sea su nueva vida.
La Gran Dimisión
Palma15/03/24 0:30
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1 comentario
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La gent ja no està disposta a regalar la seva vida per doblers. L'esclavitud de l'ultracapitalisme poc a poc deixa de funcionar. Aquest article me recorda una notícia d'aquest diari que deia que el 50% dels docents deixarien la feina si tenguessin una alternativa laboral. Gràcies per l'article