Julio Bastida y javier Jimenez en Crónica negra.

Con pocos años de diferencia, en la década de los años sesenta, sus dos hijos, su marido, su tío y su madrina murieron en extrañas circunstancias. Solo al ser exhumados los dos últimos cuerpos se descubrió que Catalina Domingo Campins, la dulce Cati, supuestamente los había envenenado con arsénico. La vecina de Pollença, la peor asesina en serie de la crónica negra mallorquina, fue condenada e ingresó en prisión, donde solo pasó ocho años y medio. Al salir, en 1986, se sintió súbitamente mal y murió en Son Dureta. Nunca se ha aclarado si también fue envenenada. Ni por quién.

Cinco muertes y un final misterioso