Volker Breins | Hace un año

La única frase correcta del artículo dice: "Para adivinar la Palma del futuro es imprescindible conocer su pasado." Lo más sorprendente es darse cuenta de lo poco que los mallorquines saben realmente sobre la época romana. Desgraciadamente, parece que los mallorquines no son conscientes de que prácticamente cada metro cuadrado de Mallorca sigue teniendo una huella romana, incluso dentro de los edificios nuevos, sobre todo porque los límites catastrales, incluso dentro de los edificios establecidos, se remontan en última instancia a las centurias romanas. Si se observa la planta de la Almudaina y las distancias entre los muros -sólo como ejemplo-, todos los niños pueden ver que la planta se basa en diferentes ángulos. A pesar de lo obvio que es esto, es incomprensible que, incluso después de más de 2000 años, la ciencia y el público aún no se hayan ocupado de los centuriones romanos y su alineación. Así que no es de extrañar que incluso el organizador de la "conferencia especializada" haga afirmaciones tan falsas sobre la capital romana de Palma. Afirmación 1: La actual Palma fue en su día la capital romana Palma Palmarum. Esta afirmación es sencillamente errónea, como se puede comprobar fácilmente si se lee la enciclopedia "Historia Naturalis" del autor romano Plinio el Viejo, que murió en el año 79 d.C. en relación con la erupción del Vesubio y el hundimiento de Pompeya. Y es que, aunque la Palma actual también tiene raíces romanas, el centro de la ciudad romana de Palma estaba en otro lugar. ¡Lejos de la actual ciudad de Palma! Afirmación 2: La ciudad de Palma se desarrolló a partir de un campamento militar junto a la Almudaina. Esta afirmación también es errónea. Es cierto que los cimientos de la propia Almudaina se remontan a los romanos. Y también es cierto que la actual ciudad de Palma tiene raíces romanas. Pero no es cierto que el primer centro de la ciudad romana, a partir del cual se desarrolló la actual Palma, estuviera situado allí. El primer centro estaba situado en otro lugar completamente distinto. Y aunque el centro respectivo se reubicara en el curso de las centuraciones, el foro romano, es decir, el centro respectivo, no se encontraba en la zona de la Almudaina y la catedral en todas las centuraciones. Y también es falso que hubiera un castell romano dentro de las murallas representadas en blanco por el arquitecto. Afirmación 3: Las calles rectangulares fueron construidas por los romanos. Las calles "caóticas" datan de la Edad Media. Esto muestra otra ignorancia devastadora de los centuriones romanos. El hecho es que casi todas las calles de la Palma actual se remontan a una y otra centuria romana, ¡incluso y especialmente las calles estrechas que no parecen romanas en absoluto! Afirmación 4: La ciudad se desarrolló hacia fuera de las murallas romanas cerca de la Almudaina. Esto también es un error. Es cierto que con los romanos la ciudad se desarrollaba hacia fuera del centro. Pero, a diferencia del sistema de calles rectangulares que seguía el esquema hipodámico, los límites de una ciudad romana desarrollada seguían un octógono o varios octógonos dispuestos concéntricamente en forma de muralla anular escalonada. Afirmación 5: La catedral está, por tanto, orientada hacia La Meca porque se desarrolló a partir de la anterior mezquita que había allí. Y es la única iglesia cristiana con esta orientación. Por un lado, aunque la catedral está orientada al este, no está precisamente alineada con La Meca. Además, hay cientos de otras iglesias en Europa que también están orientadas al este. Sin embargo, la razón de la orientación específica de la catedral tiene más que ver con el ábside: allí había una capilla romana paleocristiana que daba al este. Y fue esta capilla la que determinó la orientación de la posterior catedral, que finalmente sólo se construyó sobre un cementerio romano. Afirmación 6: "Todavía hay muchas huellas del pasado árabe", como la disposición de las calles en Casc Antic". Esto tampoco es cierto. De hecho, cada una de las calles puede remontarse a uno de los centuriones romanos que allí se empleaban. Desgraciadamente, tampoco se dio un solo ejemplo en el que, en opinión del arquitecto, una calle pudiera remontarse a un plano árabe. Afirmación 7: "Había un teatro romano en la zona del Bar Bosch". Soy consciente de que incluso los arqueólogos experimentados y hasta los operadores del museo de Castell Bellver lo afirman. Sin embargo, esto no hace que la afirmación sea más cierta. El hecho es que nunca se llevaron a cabo excavaciones en el lugar que pudieran respaldar esta afirmación. Es cierto que el complejo de edificios esconde una forma semicircular. Sin embargo, el reducido tamaño de la forma semicircular ya hace dudar de que se pudiera acomodar allí un número medianamente respetable de espectadores, como era habitual en los teatros romanos de ciudades comparativamente grandes. Además, el propio emplazamiento y su distancia del foro hacen improbable que se proyectara allí un teatro. Una pequeña forma semicircular por sí sola no es una prueba. No toda forma semicircular es igual a un teatro romano, sobre todo porque el exterior del conjunto de edificios sugiere que, de hecho, fue probablemente un baluarte fronterizo de un cierto centurión. Puede leer todo esto con más detalle en mi nuevo libro sobre los centuriones romanos en las Islas Baleares. Allí no sólo podrá ver los mapas de los asentamientos romanos, sino también las pruebas en las que el autor ha identificado teatros romanos, etc. Y allí -después de más de 2.100 años- se revela también el secreto de dónde se encontraba la capital romana, Palma palmiensis. Quizás sea dudoso que esto complazca a los propietarios de los terrenos en cuestión. Los mallorquines, en todo caso, se alegrarán sin duda cuando la sensación llegue a oídos de la UNESCO, que tendrá que conceder a la ciudad de Palma, que se va a excavar, la categoría de patrimonio mundial. Al fin y al cabo, las dos ciudades romanas de Palma y Pollentia estaban entre las más grandes de todo el Imperio Romano. Pero me parece mucho más importante que los mallorquines puedan utilizar la investigación de la centración para evitar terribles catástrofes en los tiempos modernos. Probablemente los mallorquines aún no se han dado cuenta de que el sistema hidráulico romano, estrechamente relacionado con las centuraciones romanas, no sólo existe hasta hoy, sino que provoca inundaciones en caso de precipitaciones puntuales en las altitudes de la Tramuntana, el macizo de Randa y Levante. Si los mallorquines hubieran prestado atención al pasado romano en el pasado, no sólo podrían haber evitado el desastre de las inundaciones de 1403 con más de 5.000 muertos, sino también en los últimos 50 años los daños de varios cientos de millones de euros en relación con la construcción del metro la planta de eliminación de residuos subterránea de Palma, las recurrentes inundaciones de las plantas de tratamiento de aguas residuales y, por último, pero no menos importante. con la inundación de la plataforma del aeropuerto de Son Sant Joan. Y si no se adquiere finalmente este conocimiento ahora, también experimentaremos catástrofes en el futuro, por ejemplo, porque el pantano que rodea el recién aprobado centro comercial "Palma Springs" se desborde, como ya ocurrió con el pantano que rodea el aeropuerto y en los campos más bajos de Sant Jordi. El estudio de los centuriones romanos no es en absoluto algo que concierna sólo a unos pocos historiadores; debe interesar a todos, y no sólo como contribuyentes. En cualquier caso, los políticos y, sobre todo, el gobierno de la isla no podrán salirse con la suya de futuras catástrofes y posteriores demandas por daños y perjuicios diciendo que no estaban avisados...

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