Los políticos con un mínimo de conciencia y categoría debieran legislar sobre las ciudades pensando en el interés de toda la ciudadanía, de todos los habitantes de la ciudad. No en base a los intereses, con frecuencia cortoplacistas, egoístas y miopes de un colectivo concreto. Incluso debieran legislar en base a que tipo, que modelo de ciudad quieren para ahora y para dejar a futuras generaciones. Y si, esto puede chocar con los intereses de un pequeño grupo de vendedores de helados y souvenirs que no tienen porque pensar en lo que quiere toda una ciudad. Los políticos di tienen que pensarlo. Pero ademas: Con frecuencia muchos comerciantes sólo ven sus intereses inmediatos....equivocandose. Aún recuerdo sus tremendas protestas cuando peatonizaron Olmos. O Blanquerna. Un año después, bien callados. Además. Nada más cierto que lo de pan para los años inmediatos y hambre para luego. Ciudadanía y políticos habrán leído la prensa británica hablando del " fin del sueño balear". Como los británicos ( y tantos otros) tienen una mala experiencia vacacional en una isla o ciudad atiborradas, y por ello, dicen que no volverán. Y lo que es peor, lo contarán a su regreso, y otros no vendrán. Pero muy por encima de esto, sería fundamental partir de como viven y malviven su ciudad los ciudadanos y ciudadanas de Palma. Encima, aguantar la broma, el insulto de que no se que días Palma es un desierto. Quizá lo sea comparada con un vagon de metro en hora punta, que quizá sería el modelo soñado por algunos botiguers
Lamentables buitres que no saben que en los 50, 60, 70, 80 y 90 los comerciantes se ganaban bien la vida sin un solo crucero en el puerto de Palma. No dejen a los que son juez y parte gestionar la masificación de estas islas pq estamos listos.