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El espectáculo pirotécnico del «Aiguafoc», al margen de su lado lúdico, supuso desde el punto de vista policial un despliegue sin precedentes que coordinó con éxito el cuartel de San Fernando. Sólo se registraron media docena de incidencias de cierta consideración, a pesar de que se concentraron en los alrededores del Parc de la Mar más de 200.000 personas. La consigna policial era que no se repitiera el colapso circulatorio del año anterior, y además de conseguirse esta premisa, se garantizó la seguridad de los miles de espectadores.

A las ocho comenzó el «Aiguafoc» y la Policía Local constató que el número de asistentes era inaudito: más de 200.000 personas según cálculos fiables. El grueso de los 80 agentes desplazados se movilizó en primera línea frente al Parc de la Mar, conteniendo al público para que no se acercara peligrosamente a los fuegos artificiales. Fue entonces cuando se registraron los escasos incidentes contabilizados. Una mujer se fracturó una pierna en la escollera, al caer desde una roca; dos personas fueron atendidas de sendas lipotimias, y otra señora fue alcanzada por un trozo de un cohete ardiendo, pero no resultó herida grave. El caso más significativo fue el de una joven de 24 años, apostada junto a la Seo, que recibió el impacto de otro proyectil en la nariz. Comenzó a sangrar abundantemente y fue necesario detener la hemorragia en un centro médico. El último caso fue el de una niña de 3 años que se atragantó en el Portitxol y el 092 puso en marcha un dispositivo especial para auxiliarla.