TW
0
MICHELS/F. CARBONELL Calvià, siendo como es uno de los municipios más ricos de España, acoge en su término el cuartel de la Guardia Civil de Palmanova, cuyas instalaciones han quedado hace años obsoletas y son ahora tercermundistas. Considerado 'puesto principal', al cabo del año se suelen tramitar más de 6.000 denuncias por diferentes delitos. Es la cara y la cruz de la moneda.

Referente a sus instalaciones, son muchas las quejas que se han venido sucediendo a lo largo de estos años por parte de turistas, vecinos y público en general que se ha visto en la necesidad de comparecer en dichas dependencias para formular denuncias o tramitar documentos. El espacio reducido del edificio, construido a principios de los sesenta, cuenta con una superficie de 70 metros cuadrados, lo que resulta totalmente insuficiente para albergar a los cerca de 50 agentes destinados de forma fija o eventual, careciendo de cuartos de aseo suficientes, taquillas individuales y otros enseres imprescindibles de habitabilidad. El anticuado mobiliario con que cuenta el edificio y el material de oficina es de segunda mano, cedido por asociaciones hoteleras y otros organismos que, con el paso del tiempo, han quedado igualmente inservibles, desfasados e incómodos.

Aunque diariamente y durante una hora se realizan las labores de limpieza por parte de una jornalera, son muchas las veces que los propios guardias tienen que completar la limpieza de las distintas dependencias. Sin embargo, una de las deficiencias más notables y donde más voces de crítica se han alzado ha sido la falta de aseos, para atender las necesidades más perentorias tanto por el público que acude al cuartel como por los agentes, quienes por necesidad se ven obligados a utilizar una letrina que a la vez es compartida por los detenidos preventivos. El habitáculo carece de medidas higiénicas y desde hace tiempo no ha sido desinfectado, en vista de lo cual, muchos agentes han optado por utilizar los aseos de establecimientos públicos colindantes.