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Una fuga de gas en el número 12 de la calle Soliman de Manacor, provocó que el edificio vecino, la guardería municipal de Manacor Escola d'Infants Nins i Nines, tuviera que ser desalojado.

El escape se produjo en la llave de paso situada en un compartimento que da a la calle de un edificio de cuatro plantas que linda con el jardín de infancia. Sobre las doce del mediodía, un vecino llamó a los Bomberos de Manacor alarmado por el intenso hedor a gas que notó en el edificio y sus alrededores.

Dos camiones de bomberos y la furgoneta auxiliar acudieron de inmediato al lugar. Una vez allí detectaron la fuga y, posteriormente, la controlaron midiendo su intensidad.

Las mediciones desvelaron que sólo había peligro de explosión justo en el lugar donde se detectó la fuga. Sin embargo los bomberos decidieron ordenar el desalojo de la guardería, que a aquella hora de la mañana estaba a pleno rendimiento, porque los restos de gas podían ser perjudiciales para la salud de los bebés.

Las trabajadoras del centro reaccionaron con rapidez trasladando a los pequeños lejos del lugar donde más se notaba el olor a gas y llamando a los padres y madres para que pasasen a recoger a sus hijos.