En el operativo se detuvo a los residentes de casas donde se encontró droga. FOTO: ALEJANDRO SEPULVEDA

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JAVIER JIMÉNEZ/PEP MATAS A las dos y media de la tarde de ayer se inició la 'operación San Quintín' en Son Banya. Entre 100 y 150 funcionarios de distintas brigadas del Cuerpo Nacional de Policía de Palma y dos grupos de la UIP, de Valencia, 'tomaron' el poblado por los cuatro puntos cardinales.

La operación estuvo dirigida por el magistrado José Castro y el fiscal Anti-Droga, Tomeu Barceló, además de la secretaria y personal del juzgado, mientras que a nivel policial fue el comisario Elicio Àmez el que estuvo al frente del operativo. Las investigaciones previas a la operación y las diligencias que se efectúan las ha asumido la UDYCO, y en especial el Grupo de Estupefacientes.

El objetivo era efectuar diez registros en las viviendas donde se tenían sospechas de que se dedicaban a la venta de drogas. Después de más de tres horas el operativo se dio por finalizado con el resultado de unos 20 detenidos y la intervención de joyas, dinero en efectivo, armas prohibidas (entre ellas varias escopetas) y diferentes aparatos electrodomésticos (tomavistas, aparatos de vídeo y otros), además de una cantidad cercana al medio kilógramo de sustancias estupefacientes, sobre todo heroína y cocaína. Ayer, por unas horas, los 'narcos' de Son Banya se tuvieron que poner 'firmes' ante las fuerzas policiales desplegadas.

El único incidente lo protagonizó un vecino del poblado que lanzó un plato a la cabeza de uno de los policías que entró en su casa para efectuar un registro. El agente resultó herido y le tuvieron que aplicar dos puntos de sutura en un hospital. Cuando las unidades se retiraban se localizó un vehículo en cuyo interior había drogas y unas balanzas de precisión, que al parecer había entregado un 'narco' del poblado al conductor para que lo ocultara. La jugada le salió mal.