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EFE-JOHANNESBURGO
Portavoces del Congreso Nacional Africano (CNA) gobernante en Sudáfrica confirmaron que, al menos, 63 personas murieron ayer cuando el autobús en que viajaban cayó a un embalse en la provincia de Estado Libre, en el centro del país. Las mismas fuentes subrayaron que el número de víctimas mortales no es definitivo, pues los buzos de la policía que trabajan en el lugar del siniestro, la represa de Saulspoort, aún no han encontrado todos los cadáveres. Diez de los pasajeros del autobús, que transportaba a alrededor de ochenta personas, lograron ponerse a salvo a nado, según portavoces policiales.

Médicos del hospital provincial de Bethlehem, cercano al lugar del accidente, informaron que, exceptuados los diez supervivientes ingresados durante la mañana, ningún otro pasajero del autocar fue llevado al centro. El accidente ocurrió alrededor de las 5.00 de la mañana (3.00 GMT) cuando el vehículo, alquilado por el Congreso Sudafricano de Sindicatos (COSATU) para trasladar a un grupo de miembros a una celebración del 1 de mayo en la localidad rural de Qwa-Qwa, entró en un empinado camino que termina en el embalse.

Al parecer, el conductor se desorientó en la oscuridad -las rutas de la localidad no cuentan con alumbrado- y giró en la calle equivocada. Según las fuentes policiales, el camino termina en una rampa que es utilizada para bajar botes al agua y debido a la poca visibilidad en las penumbras del amanecer, el chófer probablemente creyó que la calle continuaba. Las condolencias y expresiones de dolor por la tragedia han sido numerosas y el presidente sudafricano, Thabo Mbeki, solicitó un minuto de silencio en memoria de las víctimas durante un acto de celebración del «Día del Trabajo» en Johannesburgo.