El camión medía más que la altura máxima permitida para pasar por ese tramo. Foto: ALEJANDRO SEPÚLVEDA

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Julio y Mario trabajaban a unos cinco metros de altura, sobre la estructura del nuevo puente de la carretera de Llucmajor, el que permitirá desviarse hacia el camino de s'Atalia Romanina. El reloj marcaba las 15.55 horas y la jornada laboral de los dos operarios transcurría sin sobresaltos, como un día cualquiera. Un camión con remolque de 16 metros de longitud rompió la calma de forma inesperada: ignoró todas las señales de prohibición para vehículos de más de 4'25 centímetros de altura, se acercó a una velocidad imprudente y, ante el asombro de todos, intentó pasar por debajo de la estructura. El impacto fue brutal y el resultado dramático. Julio y Mario quedaron atrapados entre los hierros, con un pie amputado cada uno. El conductor, inexplicablemente, salió ileso, a pesar de que varias toneladas de peso habían aplastado su cabina.

El tramo donde se está levantando la estructura de hierro y hormigón está ubicado entre el circuito de motos de Llucmajor y la gasolinera de Can Pelín, en el kilómetro 5-400. Se trata de una recta despejada, sin cambios de rasantes, y que está correctamente señalizada, precisamente porque se encuentra en obras. Los camiones de más de 4'25 centímetros de altura deben desviarse por un camino artificial y el resto de vehículos pueden pasar por debajo de la plataforma en construcción.

Quién bajo ningún concepto debía atravesar ese tramo era un camión de la empresa de transportes Tasmar S.A., que arrastraba un gran remolque cuyo contenido debía ser entregado en Campos. De longitud medía 16 metros y de alto más de 4'40 centímetros. La suerte, pues, estaba echada. El camión era más alto que puente y a pesar de que algunos operarios gritaron desesperados al conductor éste siguió avanzando