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La empleada de la gasolinera de Costa de la Calma que fue atracada en la noche del jueves, tal y como adelantó ayer Ultima Hora, tuvo que ser hospitalizada porque el delincuente le golpeó la cabeza con una piedra y le causó lesiones de consideración.

El asalto se produjo a las ocho y media de la noche, cuando la empleada se encontraba al frente de la caja y su compañero en la oficina de la estación de servicio. Un joven, al parecer rumano, entró en la gasolinera cuando no había clientes y se acercó a la mujer, pidiéndole que llamara a un taxi.

La trabajadora se giró para coger el teléfono y entonces el desconocido, que tenía unos 30 años y medía cerca de metro ochenta, le golpeó en la cabeza con una piedra. A continuación se abalanzó sobre ella y comenzó a golpearla. Los gritos de la víctimas fueron escuchados por su compañero de trabajo, que salió precipitadamente de la oficina y se encontró al varón sobre la mujer, golpeándola de forma brutal.

El empleado los separó y se encaró con él. Al ver que no podía hacerse con el botín, el atracador intentó huir, pero el trabajador le impidió el paso y la pelea entre ellos continuó. Al final, el ladrón consiguió escapar, en dirección a la calle Ramón de Moncada. Allí parece ser que le esperaba otro delincuente, al volante de un automóvil.

Cuando las primeras patrullas de la Guardia Civil y de la Policía Local llegaron a la gasolinera, la empleada se encontraba conmocionada y en estado de gran nerviosismo. Presentaba un corte profundo en la cabeza, un brazo lesionado y golpes en distintas partes del cuerpo.

Los agentes pidieron la presencia urgente de una ambulancia, que la trasladó al PAC (Punto de Asistencia Continuada) de Santa Ponça. Allí los sanitarios le aplicaron varios puntos de sutura en la cabeza y la enviaron a un centro hospitalario para que fuera sometida a una revisión médica más exhaustiva.

De forma paralela, los guardias civiles y policías locales montaron un operativo de «cerrojo» para dar con los delincuentes.

A las nueve y media fueron interceptados dos jóvenes a bordo de una motocicleta, no muy lejos de Costa de la Calma, pero después se confirmó que no tenían relación con los hechos investigados.

Ayer este periódico pudo averiguar que la víctima ya había recibido el alta médica, aunque se encontraba recluida en su casa, muy asustada por todo lo ocurrido. Las fuerzas de seguridad, mientras tanto, continuaban la intensa búsqueda de los implicados. El coche que utilizaron en su huida podría ser un Chrysler de color gris.