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La policía ha detenido en Santa Ponça al número dos del 'Madoff' de Mallorca, un contable británico por su posible investigación en una estafa piramidal , en la que pueden estar afectados un centenar de residentes en la Isla y cuyo montante se calcula en unas 20 millones de libras esterlinas (25 millones de euros), en una investigación en la que interviene el Grupo de Delincuencia Económica .

El detenido es una persona muy conocida entre la colonia británica en Mallorca y trabaja desde hace años como contable desde un despacho en Santa Ponça. Esta persona estaría en contacto con John Hirst -de 58 años de edad-, un empresario que vivió en la Isla durante cerca de siete años y que es conocido como el 'Madoff de Mallorca'. Ambos tendrían repartidos los papeles. El arrestado esta semana por agentes del Grupo de Delincuencia Económica del Cuerpo Nacional de Policía, sería el encargado de contactar con los inversores.

Rentabilidad

A éstos se les ofrecía una rentabilidad espectacular de en torno al 20 por ciento. Algunos de los inversores llegaron a entregarle hasta 200.000 euros. De hecho, la mayoría de los afectados son residentes extranjeros en Mallorca, si bien también hay ramificaciones en Francia y Estados Unidos.

La alta rentabilidad ofrecida se satisfacía según se recibían nuevas inversiones, todas ellas se desviaban hacia cuentas en paraísos fiscales como Chipre y las Seychelles. Así hasta que el sistema se colapsó y saltaron las alarmas hace aproximadamente un año y medio.

El caso se investiga desde entonces en Gran Bretaña y España. La detención del vecino de Santa Ponça se pudo haber precipitado después de que se detectara que había vendido varias de sus propiedades. Así, el arresto se produjo el pasado jueves y, ayer por la tarde fue puesto a disposición judicial.

A la puerta de los juzgados de Via Alemania se congregaron varios de los británicos residentes en Mallorca afectados por la estafa, entre ellos una mujer discapacitada, que había invertido 20.000 euros en el fondo piramidal. Cuando el detenido bajó del furgón policial, los afectados le increparon: «¡Bastardo!».

A última hora de la tarde de ayer, el detenido seguía declarando en los juzgados de Vía Alemania, asistido por el letrado Jaime Campaner, y se esperaba que el magistrado de guardia decidiera si tomaba medidas cautelares en su contra o no. La causa se encuentra bajo secreto de sumario.