El colegio ha sido condenado por la Audiencia Provincial de Palma. | ALEJANDRO SEPULVEDA - MALLORCA

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La Audiencia Provincial ha condenado a un colegio de Palma a pagar una indemnización a un ex alumno que fue expulsado del centro tras un caso de acoso escolar. Al final, se demostró que la participación del menor en el suceso se limitó a reírse de un compañero al que habían pegado y luego grabado. El Tribunal entiende que se dio al menor un trato «desigual, discriminatorio e injusto, incumpliendo el centro negligentemente la función correctora que tenía encomendada». El menor sufrió varias secuelas psicosomáticas a raíz de su expulsión. Cuando terminó el tiempo de la sanción y regresó al instituto, se sintió «estigmatizado» y comenzó a sufrir cefaleas y dolores en el estómago.

Los hechos ocurrieron en el año 2007. Uno de los alumnos del colegio fue golpeado por varios de sus compañeros que grabaron la agresión y luego la vieron.

Firmas

El colegio reaccionó y expulsó a un alumno del que sospechaban que participó en algún incidente anterior del mismo tipo. Sin embargo, en este caso no fue así. Los compañeros del sancionado se movilizaron e hicieron una recogida de firmas para suspender el castigo. Entre los firmantes estaba la víctima del acoso escolar.

Lo ocurrido llegó hasta la Conselleria de Educació que suspendió la expulsión.

La Audiencia señala que, aunque no espera de un expediente escolar «que se respeten escrupulosamente las garantías constitucionales, sí es exigible que se contrasten los hechos con los medios al alcance del centro», algo que no se hizo en este caso.

No obstante, la Audiencia rebaja la indemnización desde los 8.000 euros que había impuesto un juzgado hasta los 3.000 porque entiende que el mal rendimiento escolar del alumno expulsado no es culpa del centro.