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El próximo 23 de julio arrancará ante un juzgado popular el juicio contra Luis Rodrigo Q. por la muerte de María Elena Salcedo, cuyo cuerpo apareció cerca de sa Rápita en el año 2010. El ministerio fiscal solicita una pena de 20 años de cárcel por asesinato contra el acusado.

Los hechos arrancaron el diez y once de febrero de 2010 cuando el Grupo de Homicidios del Cuerpo Nacional de Policía encontró en una finca de Campos el tronco y las extremidades de la mujer. Habían detenido ya al acusado después de que María Elena Salcedo llevara desaparecida desde el mes de noviembre. Junto al acusado fueron detenidas otras cuatro personas por supuesto encubrimiento.

Confesión parcial

Luis Rodrigo confesó a los policías que era el responsable de la muerte de la mujer, si bien afirmó que se trató de un accidente. Según indicó, el 30 de noviembre de 2009 se encontró con Maria Elena. Iban a ir a Campos para reunirse con unos amigos comunes. Sin embargo, comenzaron a discutir en el camino y, de acuerdo con la versión del acusado, se bajaron del coche. Él dio entonces un empujón a la mujer y ésta cayó de espaldas, de manera que se golpeó la cabeza y falleció. Esta versión de la muerte accidental casa mal, según la acusación con lo que ocurrió después: Luis Rodrigo cogió un hacha que llevaba en el coche y desmembró el cuerpo. El acusado ha mantenido que tenía la herramienta ya que trabajaba como albañil y reconoce el descuartizamiento. Cuando se le preguntó por la cabeza, dijo que no recordaba dónde la había metido. De hecho, en otra declaración llegó decir a los agentes que la había tirado a un contenedor y les señaló: «no encontrareís la cabeza».

La Fiscalía, sin embargo, acusa de asesinato a Luis Rodrigo y entiende que se trató de una muerte intencionada. El escrito plantea la posibilidad de que la muerte se produjera en el domicilio de Palma en el que residía el acusado, en la calle Sant Rafael, de Palma, dado que en ese lugar se encontraron restos de sangre. Más tarde la habría sacado de la vivienda y descuartizado en el descampado.

El acusado, de nacionalidad ecuatoriana, preparaba su salida de España cuando fue detenido. De hecho, intentaba vender su automóvil para obtener dinero para poder comprar un billete, dado que en ese momento no tenía otros ingresos. El hombre estaba casado con otra mujer cuando ocurrieron los hechos.

Familiares y amigos de la víctima buscaron durante los tres meses que fueron de la desaparición al esclarecimiento de los hechos a la víctima.