La policía detuvo al acusado tras ser sorprendido por la cámara del detective. | Alejandro Sepúlveda

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Cazado por una cámara oculta. Un hombre fue juzgado ayer por robar 265.000 euros a su jefe, un anticuario de Palma, de la caja fuerte. Dos grabaciones le retrataron cuando cuidadosamente forzaba la caja, se colocaba unos guantes y se llevaba el dinero.

Lejos de reconocer los hechos, el acusado hizo frente al interrogatorio de la fiscal con una respuesta para todo. Según contó, su jefe dejaba la llave en un cajón y el la utilizaba para coger pequeñas cantidades de dinero para comprar material para restaurar muebles. «Si tenía permiso para coger el dinero, ¿por qué se ponía guantes?», preguntó la fiscal. «Porque me olían las llaves a aguarrás», contestó el acusado.

El dueño del comercio en el que ocurrieron los hechos relató que en el año 2010 comenzó a notar que le faltaba dinero de la caja fuerte. Había guardado en ella todos sus ahorros. «Al principio pensaba que yo no estaba bien de la cabeza y que no había dejado el dinero o que tenía menos», aseguró. Junto a sus ahorros guardaba en la caja pequeñas cantidades que notaba que le iban faltando. Al sospechar comprobó que los sobres donde dejó los 265.000 euros estaban vacíos.

Así, se puso en contacto con el investigador privado Carlos Valencia. Éste colocó una cámara oculta en el almacén en el que estaba la caja fuerte. Cada uno de los dos días siguientes a la colocación del dispositivo se descubrió al acusado cogiendo dinero de la caja. Se trataba de un empleado de máxima seguridad del anticuario que no había sospechado nunca de él. Ahora se enfrenta a una petición de cárcel de cinco años. En el registro de su casa, la policía encontró un sobre con dinero en efectivo.