Entre 800 y 900 senegaleses pasaron por la mezquita de s’Arenal para colaborar con la repatriación. | Julio Bastida

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Hasta 900 senegaleses pasaron, durante la jornada de ayer, por la mezquita de los ‘Murimoula’ ubicada en la calle Cannes de s’Arenal, para rendir homenaje al vendedor ambulante que perdió la vida al ser atropellado cuando trataba de huir de la Policía Local.

Makaary, uno de los portavoces del sector senegalés de los ‘Murimoula’, afirmó: «Nos hemos reunido entre 800 y 1.000 personas para recaudar fondos con la intención de repatriar el cuerpo de nuestro compatriota hasta Senegal. El coste es de unos 7.000 euros, pero nuestro pueblo es muy generoso y solidario», añadió.

El homenaje comenzó sobre las cinco de la tarde. La comunidad senegalesa acudió en masa hasta la mezquita. En la entrada, los responsables recogían los donativos y cumplimentaban una lista de todas las personas que colaboraban. «Cada uno aporta lo que puede. Los ‘Murimoula’ somos gente muy trabajadora», destacaba otro dirigente del grupo.

Por su parte, los máximos responsables de los senegaleses en Mallorca no dudan en acusar a las diferentes policías locales de la Isla, especialmente a las de Palma y Calvià, de ser muy agresivos, acosadores y racistas.

«Los policías jóvenes son muy racistas. No hay derecho a lo que nos hacen y cómo nos tratan. Por tres gafas que no valen ni 10 euros no hay que perseguir a la gente con las sirenas con una moto. El chico trató de huir y lo atropellaron. ¿Vale la vida de una persona humana tres gafas?», concluye Makaary.

Por su parte, la Policía Local niega que se persiguiera a nadie y asegura que se trata de un lamentable accidente. Es más, afirma que la obligación de los agentes es perseguir actos delictivos, pero que en esta ocasión no se inició ninguna persecución.

Abdoulaye Mbengue se dedicaba a la venta ambulante en la Platja de Palma. El lunes, a primera hora de la tarde, empezó a correr al ver un coche patrulla de la Policía Local de Palma que estaba circulando por primera línea de playa. Abdoulaye no se percató de que venía un vehículo cuando inició la huida y fue arrollado por un coche.

El senegalés ya había logrado el permiso de residencia hacía un mes y llegó a España en 2006 después de una larga y peligrosa travesía en patera. El fallecido era hijo único y enviaba dinero a su familia.