El acusado, en el banquillo durante el inicio del juicio. | Alejandro Sepúlveda

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«Yo no soy ningún monstruo, yo soy humano. Porque mi amiga está muerta ahora me acusan de todo». Zouhair Aulad Radi, el acusado de asesinar a Nuria Orol en el Port d’Andratx, negó los hechos en su declaración ante el jurado que decidirá si es condenado a 20 años de prisión por el crimen.

El acusado explicó por qué se marchó de la casa cuando él y la madre de la víctima encontraron el cuerpo. Según dijo acudió a la vivienda porque le llamó el hermano de la joven. Allí se tuvo que colar por la terraza de la vecina para abrir la puerta. Dentro vio el cuerpo: «Estaba tendida en el suelo con una mancha negra en el pecho. Me salí corriendo. Me dio un shock y no podía mirar a nada». Con todo, antes de dejar la casa dice que oyó llorar a la niña de dos años de la fallecida en la cuna, que la cogió y la entregó a otras personas antes de marcharse del lugar. Volvió al restaurante donde cenaba con su hermana. «Pensé que se mató a sí misma. No se lo comenté rápido a mi hermana porque no quería asustarla», aseguró.

Ese aparente shock fue cuestionado por la fiscal, Mercedes Carrascón, que recordó que sí se llevó del lugar una carpeta que le pertenecía. En el interrogatorio en varias ocasiones aseguró que no recordaba lo ocurrido para más tarde admitir algún dato corroborado por las acusaciones. Ocurrió con las llamadas telefónicas de él a la acusada.

Teléfono

Durante todo el fin de semana mantuvieron varias conversaciones. La noche de los hechos, la madrugada del domingo 24 de octubre de 2011 al lunes 25, el acusado llamó en 20 ocasiones a la víctima. Ésta no contestó a ninguna llamada. Lo curioso es que toda esa insistencia se viene abajo a las 3.47 horas. Los forenses fijan la hora de la muerte entre las cuatro y las cinco de la madrugada. -«¿Por qué dejó de llamar?», interrogó la fiscal. -«No hubo ningún motivo. Me volvía a mi casa a dormir», respondió.

El final de esta secuencia de llamadas coincide también con la imagen tomada por una cámara de seguridad de la calle Isaac Peral del Port, a pocos metros de casa de Orol. El acusado reconoce que es la persona que pasa por delante de esa cámara a las cuatro menos cinco y en el sentido opuesto a las cuatro y cinco. Aulad reconoce que él es esa persona pero niega haber pasado por la casa de la acusada. Señaló que esa noche estuvo solo y que se fue a tomar copas dos bares de la localidad. Explica su ida y vuelta en ese momento porque intentó ir a otro local pero lo encontró cerrado y decidió irse a su casa. «Ahora sí me acuerdo de todo», respondió cuando las acusaciones le recordaron que antes había declarado en otro sentido.

A preguntas de su abogado, Gaspar Oliver, indicó que intentó abrir la cerradura de la casa de Orol en dos ocasiones, una a las cinco y media del domingo y otra cuando llegó con la madre. En esas dos ocasiones señala que no pudo porque había una llave en lado interior de la puerta y no pudo abrirla.