Vista del crucero "Costa Concordia" ante la isla italiana de Giglio el 19 de enero de 2012. El crucero naufragó el pasado 13 de enero con más de 4.000 personas a bordo. | Efe

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Una fiscal italiana ha pedido este lunes a un tribunal que condene al capitán del crucero 'Costa Concordia' a más de 26 años de cárcel por su papel en el desastre de 2012 que dejó 32 muertos.

Francesco Schettino era el capitán del barco, un hotel flotante cuyo largo equivale a tres canchas de fútbol, cuando el crucero se acercó demasiado a la costa y encalló frente a la isla turística de Giglio.

Al resumir sus argumentos en el juicio que se realiza en la cercana localidad de Grosseto, la fiscal Maria Navarro ha dicho que Schettino debería ir a la cárcel 14 años por homicidio sin premeditación y lesiones, nueve años por causar el accidente, tres por abandonar el barco y otros tres meses por falso testimonio. Se espera que el juicio se presente ante el jurado el próximo mes.

La fiscal ha dicho que si es condenado, Schettino debería ser encarcelado de inmediato porque existe el riesgo de que intente huir del país. En Italia, la mayoría de los acusados permanece en libertad a la espera de las apelaciones.

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En el barco viajaban más de 4.000 pasajeros y miembros de la tripulación cuando se volcó, generando un caótico rescate nocturno. El crucero permaneció parcialmente sumergido cerca del puerto de Giglio por más de dos años. El barco fue remolcado meses atrás en una de las operaciones de salvamento más complejas realizadas.

La región toscana y la isla de Giglio buscan una compensación por 220 millones de euros en daños de Costa Cruceros, una unidad de Carnival, debido a los efectos negativos que el desastre tuvo en el turismo.

Costa Cruceros evitó un juicio penal por el caso al acordar pagar una multa de un millón de euros a Italia el año pasado, pero dijo que destinaría miles de euros por daños a los supervivientes.

Schettino se convirtió en objeto de escarnio por llevar al crucero demasiado cerca de la costa en una desafortunada maniobra marítima llamada «saludo» y abandonar el barco antes de que todos los sobrevivientes fueran rescatados.

Una grabación de audio de un guardia costero gritándole a Schettino durante una conversación telefónica que regresara al barco fue divulgada en internet y la frase «`Vuelva a bordo, carajo!» ("`Vada a bordo, cazzo!") llegó a imprimirse hasta en camisetas y almohadas.