La persecución tuvo lugar en Eivissa en noviembre de 2010. | Marco Torres

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Una mujer despechada se convirtió en una conductora despiadada en persecución de la supuesta amante de su pareja en Eivissa. La Audiencia Provincial ha condenado ahora a la conductora acusada a un año de prisión por un delito de amenazas y a una multa por otro de daños.

La acusada comenzó a sospechar que su marido tenía una relación sentimental con otra mujer. «Cierto o no ello, pues es cuestión que no importa para la resolución de la causa», dice la sentencia, el caso es que decidió dar un escarmiento a su rival. El 9 de noviembre de 2010 coincidió se cruzó con la otra cuando iba en el coche.

Eran las once y media de la noche y decidió perseguirla. La mujer despechada conducía un Toyota Yaris y su objetivo, un Mini Cooper. En la persecución la acusada pegó el morro de su vehículo en la parte de atrás del otro y comenzó a dar acelerones para golpear el paracoches de la víctima. Lo hizo una y otra vez.

La perseguida, aterrorizada decidió cambiar de destino y, en lugar de ir a su casa se desvió por una zona llamada sa Carroca. La caza siguió y la acusada volvió a embestir varias veces. Siguió así hasta que la adelantó y se cruzó en su trayectoria de manera que obligó a la amante a detener el coche.

La acusada se bajó del coche y la perseguida aprovechó para dar la vuelta e intentar escapar hacia la autovía a casa de una amiga. La persecución continuó hasta que la víctima llegó al domicilio de esa amiga a la que avisó por teléfono de lo que ocurría. Allí las dos mujeres finalmente se encontraron fuera del coche. La amante consiguió evitar que la despechada se le acercara al sacar un spray de pimienta. La otra se fue, pero antes sentenció: «Nos volveremos a encontrar, esto no ha acabado, ya te daré lo tuyo».

A raíz de la persecución, la acusa causó daños por más de 2.000 euros en el coche de la víctima. En el juicio, la atacante sostenía que los daños se habían producido por un accidente fortuito sin ninguna intención por su parte.