Un agente dialogando con el propietario de La Tapa Andaluza. | Alejandro Sepúlveda

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La Tapa Andaluza ubicada en el centro comercial Ocimax sigue abierta. El propietario de la misma, Luis Rodríguez, decidió romper, a su cuenta y riesgo, el precinto de clausura dictado por las autoridades competentes debido a las deficientes faltas de medidas sanitarias del restaurante y por carecer de licencia de actividades.

Varios funcionarios de la Brigada Provincial de Extranjería del Cuerpo Nacional de Policía acompañados de un inspector de la conselleria de Salut y otro de Inspección de Trabajo, comprobaron ‘in situ’ que el local había abierto sus puertas y que estaba atendiendo al público en general a pesar de contar con una orden de clausura.

En ese instante, los agentes se identificaron al propietario y le recriminaron que hubiera roto el precinto. Luis Rodríguez les expuso, tal y como relató en la entrevista concedida a Ultima Hora que había limpiado todo a fondo.

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La comitiva desplazada al lugar le comunicó que había incurrido en una falta muy grave tipificada con una sanción mínima de 60.000 que puede llegar a los dos millones de euros en caso de ser reincidente. Al mismo tiempo, le recordaron que la legislación vigente contempla que nadie puede romper el precinto sin la debida autorización y que su actuación era totalmente ilegal y catalogada como falta muy grave.

Tras levantarle el acta de sanción correspondiente, los funcionarios comunicaron al dueño de La Tapa Andaluza que iban a proceder a la realización de un nuevo precinto, a lo que Luis Rodríguez se negó tajantemente.

Ante la negativa y falta de colaboración, los agentes le comunicaron que pondrían los hechos en conocimiento de la autoridad judicial y que solicitarán una orden de clausura temporal contemplada en el Código Penal.