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Un piloto de Germanwings también dejó solo en la cabina al copiloto de la tragedia aérea de los Alpes, Andreas Lubitz, durante otro vuelo de la aerolínea alemana, explica en una entrevista difundida este sábado por el diario «Bild».

«Le recuerdo bien. Cuando volé con él, también abandoné mi lugar durante un breve momento para ir al baño», señala Frank Woiton, de 48 años, quien asegura que no había nada que le llamara especialmente la atención de Lubitz, de 27.

Agrega que cuando compartieron cabina, el copiloto le habló de su formación, «de lo feliz que era» y «dijo que pronto volaría largas distancias y que quería convertirse en comandante».

«Dominaba muy bien el avión, lo tenía todo controlado. Por eso también lo dejé sólo en la cabina para ir al baño», indica Woiton, que ha sido destacado en las redes sociales por dirigir el jueves unas palabras tranquilizadoras a su pasaje, que realizaba la misma ruta del avión estrellado en los Alpes.

En su opinión, «el inconcebible acto de este hombre ha destruido una infinita confianza que ahora debe ser reconstruida paso a paso».

El día después de la tragedia, Woiton, que en realidad libraba, se presentó voluntariamente al trabajo, porque muchos de sus colegas de Germanwings no se veían en condiciones de volar.

El jueves cubrió la ruta Düsseldorf-Barcelona-Düsseldorf, la misma en la que 150 personas murieron al estrellar el copiloto de forma presuntamente deliberada el aparato cuando sobrevolaba los Alpes franceses.

En ese vuelo se repitió lo que Woitan ya había hecho el miércoles, un día después de la tragedia, en la ruta Hamburgo-Colonia.

«Reinaba un ambiente de extrema aflicción entre la tripulación y entre los pasajeros. Se les podía ver en la cara», explica Woiton, padre de dos hijos.

El piloto se ha ganado el respeto en internet y en las redes sociales por haberse presentado en la cabina de pasajeros y haberle estrechado la mano una a una a cada persona en un intento de tranquilizar al pasaje.

«Quería que los pasajeros vieran que delante, en la cabina, también hay una persona», explica.

Entonces se colocó en el pasillo y, micrófono en mano, pronunció un discurso muy personal y emotivo: «Les llevaré sanos y salvos de Düsseldorf a Barcelona. Pueden confiar en ello, porque también yo quiero sentarme esta noche con mi familia a la mesa».

Tras un primer momento de silencio, el pasaje aplaudió al capitán, relataba una pasajera del vuelo Hamburgo-Colonia, Britta Englisch, en su cuenta de Facebook.

«Quiero darle las gracias a este comandante, por entender lo que todos pensaban y por lograr que al menos yo me sintiera bien después durante el vuelo», agrega en un mensaje, que ha sido compartido ya 19.462 veces y al que 325.346 han dado un «Me gusta»