Las despedidas de soltero se han convertido en todo un clásico. | Michel's

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Punta Ballena sigue agrandando su leyenda. Había gran expectación en saber durante cuántos minutos las hordas de turistas bebidos respetarían las ordenanzas municipales. Y las expectativas no defraudaron: ruido, peleas, borracheras, primera caída de balconing, botellines por la calle, ingleses semidesnudos y un mar de alcohol y sexo en la playa. La vida sigue igual.

El día 1 era festivo y además coincidía con la llegada de más de 500 británicos que participan en un torneo de rugby en la arena. El tiempo era espléndido y todo hacía prever que Punta Ballena daría el pistoletazo de salida a la temporada a lo grande. Como así fue. Cerca de 2.500 jóvenes tomaron la avenida y otros 800 se apostaron en una plaza próxima, junto a una macro discoteca. En la playa, también eran cientos los turistas que bebían compulsivamente, casi como si se tratara de una competición.

No muy lejos de allí, una joven inglesa de 20 años protagonizó el primer caso del año de caída desde un piso a la calle. Parece ser que se sentó a fumar en la escalera exterior y cayó de espaldas sobre un toldo del párking. La Guardia Civil y la Policía Local la atendieron y una ambulancia la trasladó hasta el hospital. Casi a esa misma hora, un joven que dormía la borrachera en la calle fue pateado por un hombre de color, aunque nadie presentó denuncia. También hicieron acto de presencia prostitutas nigerianas. En resumen, una noche típica en Punta Ballena. De un año para otro nada ha cambiado: hay demasiados intereses.