El megayate ‘Kibo’, en una de sus recientes visitas a Mallorca, días antes del accidente frente a Puerto Portals. | Gabriel Alomar - ARCHIVO

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Jacob Nicol tiene 22 años y todo apunta a que, si sobrevive, quedará para siempre en estado vegetal. Este marinero británico cayó hace una semana cuando limpiaba el casco exterior del ‘Kibo’, uno de los megayates más lujosos del mundo. El accidente ocurrió en aguas de Portals y ahora un juez de Palma ha imputado al capitán y a dos oficiales.

El pasado sábado, el ‘Kibo’ se encontraba fondeado a cien metros de Puerto Portals porque debía dejar a unos invitados, que llegaron a tierra en una lancha auxiliar. A Jacob, que era tercer encargado de máquinas, le encargaron que limpiara el casco exterior y el joven se colocó un arnés y comenzó a trabajar. Se trata de una nave enorme y el marinero cayó al agua desde una altura considerable, con la mala suerte de que el arnés y la silla le impactaron en la cabeza y le dejaron inconsciente dentro del agua.

Nadie presenció el siniestro y cuando la primera oficial dio la voz de alarma Jacob ya se había hundido. El capitán se enfundó en una traje de submarinismo, con botellas, y se metió en el agua. Minutos después dio con el marinero, que se había alejado 30 metros del megayate y estaba a 18 metros de profundidad. Su camiseta blanca fue clave para que le localizara.

El joven recibió los primeros auxilios y consiguieron estabilizar sus constantes. Cuando ingresó en un hospital de Palma su estado era crítico y quedó en coma inducido. Los médicos apreciaron lesiones cerebrales irreversibles y las expectativas para su recuperación son muy reducidas: si sobrevive, lo cual no está nada claro, es casi seguro que permanezca en estado vegetal.