Un joven eufórico hace gala de su físiico ante sus amigos y demás turistas.

TW
24

Punta Ballena, la popular calle de Calvià, vive este verano una bajada sustancial de visitantes y un incremento de efectivos de la Policía Local y de la Guardia Civil.

La presencia policial y la nueva ordenanza municipal que pretendía controlar los desmanes en la zona no evitaron que se produjeran las situaciones características de la noche en Magaluf, pero sí en menor cantidad.

Peleas, gente bebiendo y cantando, jóvenes semidesnudos, orinando en las esquinas y durmiendo por las aceras son imágenes que no acaban de desaparecer. Se registraron media docena de peleas que no tuvieron graves consecuencias gracias a la rápida intervención de los agentes de la Policía Local que patrullaba la calle.

Los vendedores ambulantes y las prostitutas siguen campando a sus anchas sin que la mayor presencia policial se note en su actividad. Las persecuciones de la policía a los vendedores son habituales.

El mamading y la posterior ordenanza cívica no han conseguido acabar con el encanto salvaje y bizarro de la calle mallorquina más internacional, pero han suavizado notablemente los conflictos acaecidos en ella. Punta Ballena está tocada pero no hundida.