Un agente del cuartel de San Fernando durante su dettención el pasado 25 de octubre por la Policía Nacional. | Alejandro Sepúlveda

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«Ni en la peor de mis pesadillas podía llegar a pensar que un día podría vivir una película en directo, y que uno de los protagonistas sería yo». El policía local A. G. H. lleva 92 días preso en la cárcel de Palma por su supuesta implicación en la trama de corrupción policial.

A. G. H., a través de una carta, opina que «la verdad es que llevo 30 años de policía y no tenía ni idea de cómo funcionaban las cosas», refiriéndose a que todo el proceso contra él y muchos policías imputados es «de otro planeta». El agente sostiene que el fiscal lo encarceló el 25 de octubre pasado «sin ninguna prueba ni explicación» y que en todo este tiempo «me ha quitado a mis hijos, mi padre, mis hermanos, toda mi familia y mis amigos».

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En palabras del policía local, su detención y posterior ingreso en prisión «es una injusticia como una catedral. No tengo ninguna posibilidad de defensa porque no sé de qué se me acusa, ya que hay un secreto de sumario».

Sobre su reclusión, lamenta que esté tan desinformado: «Nos llega la prensa cada quince días, sólo sabemos eso, lo que podemos leer». A. G. H. también se queja de sus restricciones telefónicas: «El problema es que no puedes llamar a quién quieres desde aquí, hay unos controles muy estrictos. Sólo podemos llamar a determinados números de teléfono, con un máximo de diez llamadas a la semana y cinco minutos cada una, como mucho».