Dos de los agentes detenidos durante la instrucción. | Alejandro Sepúlveda

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Los agentes presos preventivos por corrupción policial mantienen la intimidación contra sus compañeros y los investigadores desde la cárcel. El magistrado que instruye la causa recoge en su último auto que uno de los agentes, se jactaba en prisión de que disponía de 180.000 euros y que iba a destinarla íntegramente a «hundir al instructor y al fiscal».

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Éste no es el único comportamiento en esta línea de ese agente. Uno de sus compañeros, que también está en prisión contó al magistrado que, la última vez que fue a declarar éste le dijo: «Me ha dicho mi hijo que aquí dentro hay un hijo de puta que quiere ir a declarar y que nos incriminará con tal de salir de aquí». El mismo que fue coaccionado por estas palabras, contó que, al día siguiente, dentro de la cárcel, otro de sus compañeros leyó en voz alta la información de su comparecencia en el juzgado con intención de intimidarlo y que luego le reconoció.

Para el magistrado, estos hechos demuestran «hasta qué punto los integrantes de esta trama delictiva se creen inmunes a la acción de la justicia, pues incluso en la prisión, persisten en su comportamiento coactivo y amenazador contra cualquier persona, testigo o coimputado que pueda incriminarles».