Las cuatro recientes informaciones exclusivas que ha desvelado este diario sobre la explosiva situación en la Policía Local de Palma.

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El comisario Antoni Morey, hasta la fecha jefe de la Policía Local de Palma, tiene las horas contadas al frente del cuerpo. Sus últimas declaraciones, en las que defendía a los policías encarcelados por la trama de corrupción policial y afirmaba que se la traía «realmente floja» las consideraciones del juzgado, le han situado en la cuerda floja.

El viernes, continuaron las reuniones pero desde Cort no se contactó con Morey porque tenía el día libre y no acudió al cuartel. El sábado siguieron las deliberaciones y el lunes, a primera hora, está prevista una reunión que casi con toda seguridad concluirá su etapa al frente de la Policía Local.

La idea es apartarlo, después de haberle abierto dos expedientes en pocos días. El primero, fue cuando hizo unas polémicas declaraciones a Ultima Hora y pedía dejar de ser un «pasmarote, una ficción de jefe». Había presentado su dimisión, que no fue aceptada. El mismo día que este diario publicó la información, se le abrió un expediente. El viernes, tras su demoledora carta en Facebook, se le abrió un segundo expediente.

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El Ajuntament perfila ahora un cuartel de San Fernando sin Morey. Incluso sin comisarios. Se presentan tres escenarios posibles.

El primero, y más probable, es que se nombre a una junta de mandos (formada por los mayores) para dirigir el cuerpo, a la espera de un nuevo jefe. También se podría nombrar provisionalmente a un mayor, pero Mora está a punto de jubilarse y Brull no lo aceptaría, así que esta posibilidad es compleja.

Una opción más remota es aquella en la que podría hacerse cargo de la Policía Local directamente el alcalde, José Hila, y que firmara las instrucciones de servicio, por lo cual desde Cort se cree que una especie de «gestora» (la junta de mandos) sería una manera para salir al paso, mientras se nombra al jefe definitivo.