Los acusados han admitido que explotaban a sus trabajadores. | Guillermo Esteban

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Los dos propietarios de dos restaurantes de Palma han aceptado este miércoles que explotaron a sus empleados a cambio de una rebaja de la pena prevista inicialmente en el juicio en el que han sido condenados a pagar una multa de 10.000 euros cada uno por delitos contra los derechos de los trabajadores.

En la vista, celebrada esta mañana ante la Audiencia Provincial de Palma, los acusados han aceptado su culpa a cambio de una multa de diez euros diarios durante 2 años y 9 meses, y de que se les retire la acusación por delito contra la salud pública.

El escrito de acusación recoge que ambos propietarios vulneraron de forma sistemática los derechos de sus empleados entre 2013 y 2015.

Los acusados han admitido que se dirigían a los empleados de forma despectiva, con términos como «rata, perro o inútil», y que les vigilaban constantemente a través de videocámaras.

Los trabajadores realizaban jornadas laborales de entre 12 y 14 horas diarias aunque estaban contratados por entre 2 y 4, no cobraban las horas extras que realizaban, percibían un salario por debajo de lo estipulado por ley, no tenían vacaciones remuneradas y solo libraban un día a la semana.

Además, no cobraban mientras estuviesen de baja, no percibían finiquitos y tenían restringidos los derechos para solicitar bajas por enfermedad y licencias por paternidad, bajo amenaza de despido, según han admitido los condenados.

En la acusación inicial la Fiscalía les imputaba un delito contra la salud pública y pedía penas de hasta cinco años e inhabilitación por deficiencias en las condiciones sanitarias de los locales, pero esta acusación ha sido retirada.