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Una vecina de O Rosal (Pontevedra) ha aceptado tres años y nueve meses de cárcel al reconocerse culpable de un delito de homicidio en grado de tentativa, tras haber arrojado a su bebé recién nacido por la ventana, después de haber dado a luz en el cuarto de baño de su vivienda.

En virtud de este acuerdo alcanzado con la Fiscalía, la mujer pierde la patria potestad sobre el menor, que actualmente tiene casi dos años, y se le prohíbe aproximarse a menos de 200 metros de él o comunicarse por cualquier medio durante cinco años.

En la vista oral, celebrada en la Audiencia de Pontevedra, la acusada ha reconocido que tras dar a luz a las cinco de la madrugada del 29 de julio de 2014 en el segundo piso de su propio domicilio, con la intención de matar al niño y ocultar su nacimiento, la mujer lo arrojó desde la ventana de su dormitorio, situada a dos metros y medio del suelo.

El recién nacido sobrevivió a la caída, pero sufrió numerosos traumatismos, fracturas y hematomas por los que estuvo ingresado en un hospital durante 33 días y con una recuperación que se extendió por espacio de un año.

Actualmente, el niño tiene un adecuado desarrollo físico y psicomotor y no se aprecian en él secuelas físicas ni neuronales.

La mujer había ocultado su embarazo a su familia, a sus amigos y al propio padre del bebé por temor al rechazo familiar y social.