Dani recibió varios golpes y una mordedura en el rostro que le costó 12 puntos de sutura.

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Dani, un adolescente de 16 años, estaba esperando al tren en la estación Intermodal de Palma, como cada viernes por la tarde, para ir a clase de taekwondo. En el andén observó cómo un joven discutía y golpeaba a una chica antes de la llegada del tren. Ella le recriminaba la actitud. Los tres subieron en el mismo vagón y las agresiones se sucedieron. Ella lloraba e intentaba apearse en cada estación pero el chico, de unos 20 años, se lo impedía. Dani se interpuso. «Le dije que parara. Nos encaramos y en cuestión de segundos me dio un puñetazo», relata el joven.

Dani, que tiene nociones de artes marciales, pudo bloquear el primer golpe, pero en cuestión de segundos el agresor le mordió en la parte derecha del rostro y le lanzó varios puñetazos que siguió esquivando hasta que uno le alcanzó y lo derribó. En el suelo, el agresor le pegó patadas en la cabeza hasta que el menor se defendió con una palanca de brazilian jiu-jitsu, un sistema de defensa personal brasileño de origen japonés.

Los pasajeros del tren, atónitos, mediaron en la paliza y el atacante huyó con su pareja en la parada Son Cladera/El Vivero.

El agresor, de pelo negro y 1,70 metros de altura aproximadamente, vestía una camiseta blanca con topos negros en el inferior y el número 82 estampado en la espalda. Las cámaras de videovigilancia de Serveis Ferroviaris de Mallorca (SFM) registraron la acometida. Dani fue trasladado a una clínica y precisó de 12 puntos de sutura a causa de la mordedura.