La víctima del expárroco de Can Picafort entrando a los juzgados de Palma. | Alejandro Sepúlveda

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«Un día estábamos en la iglesia y empezó a poner unas diapositivas de cuando estuvo en Burundi. Había varios niños alrededor, sentados en el suelo, pero a mí me sentó encima de él. Ahí empezaron los tocamientos en piernas y nalgas», rememoró este lunes la víctima del expárroco de Can Picafort.

Los niños, en ocasiones, dormían la siesta en las habitaciones de la iglesia. «A mí siempre me encerraba en su habitación. Allí hubo más tocamientos y abusos. A mediados del 97 empezaron las felaciones en el coche, cuando me acompañaba a casa o íbamos a buscar leña», prosiguió la joven, que ahora tiene 28 años.

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La víctima, que tras el juicio aseguró sentirse «tranquila y liberada», contó otra de las terribles escenas que vivió. «Hubo un episodio en que Mateu Ferrer [catequista de Can Picafort entonces] vio a este señor acostado sobre mí», relató la perjudicada entre lágrimas. «Yo estaba sin ropa y él en ropa interior encima mío en el sofá». Era el año 1998. «Empezaron las violaciones. Me forzaba en la habitación de la parroquia y ocurrió en más de 10 ocasiones».

«[El expárroco] Me comió la cabeza, me convenció para que dijera a todo que no», explicó. La joven denunció lo sucedido en noviembre de 2013 tras conocer denuncias de otras presuntas víctimas y después de visionar el documental Els monstres de ca meva.