Según el fiscal, la niña no opuso resistencia «al estar paralizada por el miedo». En la imagen, una instalación a modo de condena de cualquier tipo de abuso sexual. | Efe

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La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Castellón juzga hoy a un hombre acusado de abusar sexualmente y agredir reiteradamente a su hija de 13 años en el domicilio familiar de Almassora (Castellón), quien se encuentra desde entonces bajo tratamiento psicológico especializado.

El fiscal pide para el acusado, quien está en prisión provisional desde 2015, una pena de 37 años de prisión por un delito continuado de malos tratos y abuso sexual y dos de agresión sexual a la menor.

Los hechos sucedieron desde julio de 2010 en el domicilio familiar cuando el acusado, «actuando con ánimo de satisfacer su deseo sexual», aprovechaba la ausencia de su esposa y del resto de hermanos de la menor para forzarla, según relata el escrito de acusación.

Además, «actuando con ánimo de menoscabar la integridad física» de la niña «la sometió a agresiones físicas consistentes en lanzamiento de objetos, golpes con un cinturón, con las manos, gritos, menosprecios y desvalorizaciones».

Esa situación llevó a la víctima a adoptar «una actitud de sumisión, miedo y silencio ante la situación de dominación que sufría», por lo que estos hechos no fueron denunciados, según el ministerio público.

El acusado, «valiéndose del clima de violencia descrito» y aprovechando sendos viajes de su esposa junto a los hijos varones del procesado, insistió a la menor que fuera a dormir con él, «y a pesar de que la víctima se negó», actuó de forma agresiva con ella amenazándola de muerte en las dos ocasiones.

Según el relato del fiscal, la menor no opuso resistencia a la agresión sexual cometida por el acusado ambas noches «al estar paralizada por el miedo que le infundía el procesado».

En abril de 2013 la familia se trasladó a vivir a Vitoria y en octubre de 2014 la menor relató «en una redacción autobiográfica dirigida a la que entonces era su tutora que su padre la había violado».

A consecuencia de estos hechos, la niña, tutelada por el Consejo del Menor de Álava e ingresada en un centro de acogida desde noviembre de 2014, «presenta un daño psicológico reactivo a la vivencia de la interacción sexual abusiva y violenta por parte de su padre, con incidencia en las esferas personal, familiar, académica y social», y está en tratamiento psicológico especializado por estos hechos, según el relato de acusación.

El fiscal reclama también para el acusado que pague una indemnización de 30.000 euros por perjuicio moral.