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La niña de dos años que fue apuñalada el pasado domingo por su padre en Benifaió y cuya madre, la etarra Sara Majarenas, está presa en la cárcel de Picassent, ambas localidades en Valencia, evoluciona favorablemente y, una vez superada la primera fase crítica, «va adelante».

Los representantes de la asociación de familiares y allegados de presos de ETA, Etxerat, Patricia Vélez y Urtzi Errazkin, han informado en una rueda de prensa en San Sebastián sobre la situación de la pequeña, a la que pudo visitar su madre por segunda vez desde el trágico suceso.

«De momento, los médicos prefieren mantener la respiración asistida» a la niña, Izar, «todos los días le hacen placas», «poco a poco, ha superado ya las 72 horas críticas, y va adelante», ha señalado Vélez.

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Los miembros de Etxerat han afirmado que Sara Majarenas «pudo visitar» a su hija en el Hospital La Fe de Valencia, a cuya Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de Pediatría fue trasladada el domingo con una herida de arma blanca en el tórax que le había perforado un pulmón, y otras en la espalda y manos.

Ésta sería la segunda vez que la reclusa de ETA habría visto a su hija hospitalizada desde que el padre intentara presuntamente matarla, pues el delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Juan Carlos Moragues, aseguró de que la había podido ver el pasado lunes por la tarde.

Vélez ha denunciado que, si a Majarenas «no le estuvieran aplicando la ley de excepción, hace ya dos años que debería estar en casa con Izar», y ha agregado que «se están haciendo todas las gestiones necesarias» para que sea trasladada a San Sebastián, de donde es natural.