Inmaculada Efna, madre de cuatro hijos menores de edad, está en la calle por culpa de los okupas y de las leyes españolas. | Alejandro Sepúlveda

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«No entiendo nada. Me metieron en el calabozo como si fuese una delincuente por el simple hecho de tratar de recuperar y defender mi casa. Yo no soy ninguna asesina ni ladrona. Lo único que quiero es regresar a mi casa con mis hijos y olvidar toda esta pesadilla». Estas son las palabras de Inmaculada Efna, una madre de familia desamparada que vio como un grupo de okupas entraban en su casa ‘al patadón’ y se apoderaban de la misma.

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Cuando la legítima propietaria del inmueble trató de recuperar su vivienda, agentes de la Policía Local de Palma procedieron a su detención acusándola de un presunto delito de allanamiento de morada. «En el año 2004, con mucho esfuerzo y sacrificio, conseguí comprarme una casa (ubicada en el número 4 de la calle Picos de Urbión) de la que sigo pagando cada mes una hipoteca. Yo trabajo 12 horas al día limpiando en un mercado y por casas particulares para sacar a mi familia adelante. Tengo cuatro hijos, todos menores de edad y todos viven de mi sueldo. Hace unos días, me marché a trabajar y cuando regresé me encontré que me habían puesto un candado en la puerta de mi casa», relata visiblemente nerviosa y alternada, Inmaculada.

«Al ver que no podía entrar en mi casa comencé a tocar al timbre y no había nadie. Llamé a mi sobrino y fuimos a la ferretería para comprar un destornillador y una pata de cabra para abrir la puerta. Tras conseguir abrir la puerta y recuperar mi vivienda llegaron los okupas. Uno de ellos portaba un cuchillo de grandes dimensiones con el que intentaron agredirnos. El chico estaba loco. Decía que se había criado toda la vida en Son Banya y que aquella era su casa. Yo no daba crédito a lo que estaba pasando. Yo tengo los papeles de la escritura y de la hipoteca. Al ver que el chico estaba muy agresivo decidimos llamar a la policía. Cuando llegaron los agentes, en lugar de sacar a los okupas de mi casa lo que hicieron fue detenerme por tratar de defender mi casa», señala Inmaculada.