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Una antigua prostituta que trabajó durante varios meses en el piso de la calle Lluís Martí, de Palma, desmintió este lunes que supiera nada de un cliente conocido como ‘El Principito’. La testigo rechazó que oyera comentarios sobre este apelativo con el que en el burdel se designaba al diputado Álvaro Gijón, según ha declarado la madame del local, quien desveló las supuestas visitas de políticos a cuenta del Grupo Cursach.

De hecho, la mujer que declaró este lunes rechazó conocer siquiera a la testigo clave del caso a pesar de haber trabajado en el establecimiento. Según dijo al frente, al menos cuando ella frecuentaba el local, estaba una mujer que falleció hace unos años.

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La testigo se desdijo ante el juez, el fiscal y los abogados de las defensas de algunos extremos que de su declaración policial. Así, señaló que cuando había fiestas con droga en una sala del piso de la calle Lluís Martí, eran los clientes quienes las llevaban y que no se facilitaban desde el local. También indicó que no recordaba casos de quien pagara los servicios fuera alguien distinto a la persona que había disfrutado de los servicios.

Esta mujer es la primera prostituta del establecimiento que declara como testigo. Según dijo, trabajó en el local en el año 2004. La testigo protegida 31 señaló que la libreta en la que se recogían las visitas de Álvaro Gijón y de José María Rodríguez está elaborada casi una década después, en 2014 y 2015. Ahí choca esta versión con la de la mujer que testificó este lunes. En el cuaderno escriben dos personas, la testigo protegida y su socia. La que compareció este lunes dijo que esta segunda persona había fallecido al menos ya en 2015.

Este martes está citado para declarar un antiguo responsable de mantenimiento de las empresas del Grupo Cursach. Según su declaración ante el juez, vió en al menos una ocasión al exdelegado del Gobierno, José María Rodríguez en una fiesta privada en la finca del empresario Bartolomé Cursach. Este empleado dice que fue llamado una vez para solucionar un problema técnico y que vio al político y que, en otras ocasiones, le enseñaron fotos de éste en situaciones similares. Según dice, Rodríguez no sabía que le habían hecho esas instantáneas.