El acusado se declaró culpable de un delito leve de coacciones ante la juez de lo Penal 1 y además no podrá acercarse a menos de 500 metros ni comunicarse con la víctima los próximos seis meses. Los hechos se remontan al año 2017 en un gimnasio de Palma. Allí se conocieron.
En marzo, el hombre le hizo dos regalos a la mujer, un perfume y una camiseta. Y ante esto ella decidió dar por finalizada la amistad, pero él no lo aceptó. Meses después se presentó en la casa de la perjudicada tras saber que le había bloqueado en Facebook y Whatsapp.
En abril de 2018, ambos dejaron de coincidir en el gimnasio y las visitas a las inmediaciones del domicilio de la víctima se producían cada semana. Hasta el punto que en agosto la mujer decidió hacerle fotos agazapado en su coche frente a su casa, pero el hombre reaccionó y aceleró colocándose a la altura de la fémina en actitud provocativa. La mujer renunció a la indemnización que podía corresponderle.
4 comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
Cuando veo esto,digo,joer que no estoy tan mal.Maremeva,cuanto loco hay suelto por ahi.
Esto es de verguenza!! Que hay personas(por llamarlas algo), que no entienden una negativa, ni la aceptan, que no comprenden que se pueda charlar unos minutos en un gimnasio, u otro sitio, sin que despues haya nada mas, está muy claro que las hay. Pero que estas personas se puedan dedicar a perseguir, acosar, presentarse en domicilios donde no han sido invitadas, y amargar la existencia de otro ser humano, por 540 euros y una "reprimendilla", me parece absolutamente vergonzoso y denigrante. Seguramente esa mujer se vió obligada a cambiarse de gimnasio por no coincidir con ese payaso perturbado. La justicia de españistan, triunfando, como siempre.
La tontería descarnada acabará metida con alfileres en el código penal. Señorito conoce a fémina en el gimnasio, se entusiasma y, sin venir a cuento, regalitos fashion y no se que. La destinataria, al ver tanta gratuita efusividad, se alarma, y llega la fría prosa judicial porque los adiestradores de tontos aún son un nicho de empleo algo inédito. Fin.
a la cárcel de cabeza ya¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡