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Unas 1.200 personas, según cifras del Ayuntamiento de Barcelona, se han manifestado este miércoles en el distrito de Sant Andreu contra el presunto caso de espionaje de un agente de la Policía Nacional infiltrado en movimientos sociales anticapitalistas de Barcelona. El agente denunciado se hacía llamar Daniel Hernández Pons y aseguraba ser mallorquín. No obstante, fuentes consultadas por este diario desmintieron categóricamente que el policía hubiera nacido en la Isla.

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La manifestación fue convocada por el centro social La Cinètika de Sant Andreu --una de las entidades donde el policía estaba presuntamente infiltrado--, bajo el lema 'Espionatge sense escrúpols. Solidaritat sense límits'. Los protestantes se congregaron a las 18.30 delante del centro y han recorrido diferentes calles de la zona, hasta terminar de nuevo en La Cinètika, donde se disolvieron hacia las 21.00. Durante la marcha, levantaron pancartas con frases como 'Stop infiltración policial', 'La infiltración es terror de Estado', y con las siglas 'A.C.A.B.' Se unieron a la protesta diversas organizaciones sociales como Arran, el Sindicat d'Habitatges del Casc Antic, o la asamblea comarcal Endavant Barcelonès, según han informado en sus respectivas cuentas de Twitter.

Según publicó el lunes 'La Directa', el presunto policía infiltrado «se ganó la confianza de la gente» del distrito de Sant Andreu, y consiguió el acceso a viviendas o centros sociales a raíz de relaciones sexoafectivas que estableció en entornos festivos y a través de aplicaciones de citas. Cinco mujeres vinculadas al movimiento okupa y anticapitalista han presentado este martes una querella contra el policía nacional porque aseguran las utilizó para obtener información entre los años 2020 y 2022.