El acusado siguió hasta las escaleras al joven disfrazado de mujer que iba con un grupo de amigos y le golpeó cuando se encontraba en la plataforma. | ALEX SEPULVEDA

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Un joven de 23 años ha aceptado una condena de medio año de cárcel por una agresión homófoba en la Estación Intermodal de Palma. El acusado reconoció en la vista que golpeó a un chico de 18 años que acudía a una fiesta de disfraces con un traje de mujer y que también agredió a una joven que acompañaba a la víctima. La condena incluye un agravante por delito de odio después de que se produjera una conformidad en un juzgado de lo Penal de Palma esta semana.

La agresión tuvo lugar el 31 de octubre del año pasado. La víctima acudía a una fiesta de Halloween con unas amigas y llevaba un disfraz de mujer. Se encontró con el acusado, de nacionalidad marroquí, en el metro camino de Plaza d’Espanya. En el vagón, el condenado comenzó a mirar fijamente al grupo. Cuando llegaron al destino y se abrieron las puertas se acercó a la víctima y comenzó a increparle: «¿Qué eres, maricón?» e insultos como «maricón de mierda, ten cuidado que con eso tacones te vas a caer por la escalera y te vas a hacer daño».

El aludido intentó ignorar el comportamiento del joven y se dirigió hasta las escaleras mecánicas para abandonar la estación. El acusado se colocó delante de él e insistió en los insultos. Subió el grado del ataque y le lanzó dos patadas a la cabeza. Una de ellas le alcanzó. Cuando una de las amigas del afectado intentó salir en defensa de su compañero, de apenas 18 años de edad. También golpeó a la joven.

Detención

Ante el incidente intervino un guarda de seguridad que se encontraba fuera de servicio que avisó a sus compañeros de la Estación Intermodal y, estos, a la Policía Nacional. Los agentes detuvieron al agresor, que pasó dos noches en el calabozo. La Fiscalía sostenía en su calificación que al acusado actuó ante la posible condición de homosexual o transexual de la víctima y con la «intención de menoscabar su dignidad y del colectivo homosexual o transexual al que pertenecería». Por ese motivo calificaba lo ocurrido como un delito de coacciones con el agravante de odio y dos de lesiones leves. El acusado reconoció lo ocurrido en el juzgado tras un acuerdo entre el Ministerio Público y su defensa. Acepta la pena de prisión y una multa. En fase de ejecución de la sentencia intentará que se suspenda su ingreso en la cárcel por este delito.