Imagen de archivo de una actuación de la Policía Local de Palma, que acabó arrestando al sospechoso. | P.L. Palma

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Allí donde iba ella aparecía él. Daba igual la hora y el lugar. El Ministerio Fiscal solicita cuatro años de prisión para un joven acusado de colocar un GPS en el coche de su exnovia y seguirla por toda la Isla. El procesado se sentará próximamente en un juzgado de lo Penal de Palma como autor de un delito de acoso y otro de revelación de secretos.

Según detalla la Fiscalía en su escrito de conclusiones previas, al que ha tenido acceso Ultima Hora, el imputado, de 25 años y nacionalidad marroquí, había mantenido una relación sentimental con la víctima durante algo más de dos años. En ese tiempo colocó en el coche de la chica, sin que ella lo supiera, un dispositivo geolocalizador de la marca TK Star imantado en la rueda de recambio que había en el maletero. Con ello y con dos aplicaciones en su teléfono móvil podía conocer en tiempo real la ubicación de la perjudicada.

Durante meses se presentó en los mismos lugares donde estaba ella, ante la sorpresa de esta, que no sabía qué ocurría para que siempre supiera el lugar al que iba a ir. El 7 de enero de 2023, sobre las 20.00 horas, el procesado se presentó en la plaza del Vapor de Palma, donde su expareja se hallaba cenando en una pizzería con unos amigos y le reprochó la compañía. Minutos después hizo lo propio en un local de Santa Catalina. La joven, alterada por lo ocurrido, cogió el coche y se marchó sin rumbo. Minutos más tarde detuvo su vehículo cerca de Algaida. Y apareció de repente su exnovio.

La perjudicada, presa del pánico, dio la vuelta para dirigirse de nuevo a Palma. La chica durante el camino, y mientras veía que el perjudicado le seguía, llamó al 112 para explicarle lo que pasaba. Al llegar a su lugar de residencia, en la capital balear, le esperaba una dotación de la Policía Local. Los agentes le convencieron para ir a denunciar los hechos al cuartel de San Fernando. Y por allí también estaba el sospechoso, que quedó arrestado al momento. Tras revisar el coche de la joven, los funcionarios hallaron el dispositivo GPS que tiempo atrás había colocado el procesado.

Además de la pena de cuatro años de prisión, el acusado se enfrenta al pago de una multa de 7.200 euros y a no poder acercarse ni comunicarse con su exnovia durante los seis próximos años años.