La procesada, ayer, tras declararse culpable de un delito de coacciones. | J.P.M.

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Un juzgado de lo Penal de Palma condenó este martes a una empresaria al pago de una multa de 360 euros tras declararse culpable de un delito de calumnias ante la magistrada. La mujer admitió que acusó en falso a tres de sus trabajadores de robarle documentos y herramientas en 2017. Los perjudicados renunciaron a la responsabilidad civil correspondiente.

La acusada ya fue sentenciada tiempo atrás por la Audiencia a ocho meses de prisión por un delito de falsedad en documento privado y estafa en grado de tentativa. En esa ocasión los damnificados eran los mismos empleados que denunciaron posteriormente a su jefa por calumnias. Fueron indemnizados cada uno de ellos con 2.000 euros. Quedó probado que falsificó firmas en sus nóminas y finiquitos.

Mientras un juzgado de Instrucción investigaba a la empresaria por los hechos anteriores esta declaró ante el magistrado que los tres trabajadores le habían robado distintos documentos privados de la sociedad así como varias herramientas. Y no sólo eso, sino que había sido víctima de amenazas por parte de los empleados. Para reafirmar su versión, que se demostró que era falsa, aportó una testigo.

Tiempo después la empresaria acabó imputada por un delito de calumnias. Este martes su abogado y el de los tres perjudicados llegaron a un acuerdo de conformidad y la pena quedó fijada en una multa de 360 euros. Los trabajadores renunciaron a percibir la responsabilidad civil. La jueza dictó sentencia en el mismo acto.