Imagen de la entrada al metro de Palma en verano, durante una jornada poco transitada.

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Las frecuencias del metro de Palma han disminuido un cincuenta por ciento desde ayer, hasta el 5 de septiembre por el descenso de usuarios en los meses de verano.

Las frecuencias del uso real en estas fechas se han visto reducidas por la poca actividad en el Polígono de Son Castelló y en la UIB.

Durante los meses estivales viajan una media de 20 pasajeros menos, en cada tren, con respecto al invierno. Las cifras decaen aún más los fines de semana. El metro de Palma registraba en invierno una media de 8.000 usuarios frente a los 2.400 del verano.

Reducción

Por este motivo, se aplica la reducción de frecuencias con el objetivo de ahorrar energía. El cambio consiste en que, a partir de este momento, los trenes pasarán cada media hora los días laborables y cada hora los festivos y fines de semana.

Esta decisión ha sido tomada por la Conselleria de Medi Ambient y Movilitadt de les Illes Balears para favorecer el plan de racionalización y contención del gasto que aplica en Servicios Ferroviarios de Mallorca (SFM). Además, dicha medida va a suponer un ahorro de energía de 55.000 euros y de 81.000 en gastos de personal por la supresión de horas extraordinarias.

Los nuevos horarios del metro han levantado diferentes opiniones por parte de los ciudadanos, especialmente por los que más frecuentan este tipo de transporte público. En general, los usuarios están de acuerdo con la medida tomada, siempre que el ahorro de los 136.000 euros sea real y contribuya a mejorar la situación de crisis.

Por otro lado, aunque el metro sea el medio de transporte por excelencia en España, en la Isla los ciudadanos siguen inclinándose a coger el autobús o el tren. La razón principal es que el metro cuenta con una única línea, conectando así un número reducido de estaciones. Esta situación propicia dos opiniones dispares entre la población; por un lado, los que consideran que la inversión en este transporte es innecesaria y bastaría con ampliar la red de los otros medios más frecuentados como el autobús o el tren. Por otra parte, los que opinan que el metro seguirá expandiéndose, llegando a más destinos para convertirse en un servicio más demandado por el ciudadano.

Los más afectados por la reducción de frecuencias, que pasarán de 120 actuales a 64, dudan si el estudio por el cual se ha llevado a cabo esta medida, ha sido el más adecuado. Consideran que la disminución de los trayectos «debería haberse realizado exclusivamente por la tarde». Se basan en que las mañanas son hora punta de los trabajadores que inician su jornada laboral y por tanto, «no deberían suprimir las frecuencias a esas horas, puesto que son muchos los perjudicados».

Es la primera vez que se toma una decisión de este calibre y, aunque el Govern indica que está satisfecho con el funcionamiento del metro, se ve «obligado a adoptar esta restricción presupuestaria».