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El Jardín del Museo del Barro, en sa Cabaneta, acogió Puede ser Morlà, un viaje por las canciones del cantautor mallorquín de la mano del guitarrista Damià Timoner y el músico Martí Llabrés. La propuesta es un repaso de la discografía del poeta, cantautor y músico Toni Morlà, que vivió en los últimos años de su vida en Marratxí. Morlà cuenta con una extensa trayectoria musical, iniciada a finales de los años setenta y que se extendió hasta 2006, con su último disco, Pot ser demà. Que no tuvo el reconocimiento general que habría merecido en vida.

Típico y es que sonaba de verdad, con un tono siempre afinado, con una guitarra cálida, unas melodías luminosas, sentidas y honestas, que te llegaban por evocadoras, sencillas, preciosas. Ahora más que nunca tiene sentido girar la mirada hacia atrás para ver a esta Mallorca que poco a poco ha cambiado y no volverá, quizá idealizada por el paso del tiempo. La Mallorca rural, preturística, la que describía Santiago Russinyol en el libro La isla de la calma y que tan bien sugiere Toni Morlà en sus canciones. Una maravilla al que siguen mis rosas favoritas de nuevo.