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Mi aniversario profesional desde que un día se me ocurriera poner en marcha la emisora de radio local que poco después de ser inaugurada fue cerrada y casi olvidada. En aquellos tiempos mis ocupaciones principales consistían en cuidar de mis abuelos y poco más, pues por ellos había regresado a casa, así que vi la oportunidad perfecta. Batallarla no fue fácil, pero les digo una cosa, tanto mi compinche María Rotger, como después Biel Mir, gran técnico y el apoyo de la concejal Bel Cerdà Moragues, más tozuda que servidor, frente a los ataques políticos de los suyos y de los contrarios, porque nadie creía en el proyecto.

Yo supe que funcionaría desde la primera emisión de una hora el jueves por la tarde. Fue salir a la calle y ver a la gente contenta con lo que acababa de acontecer en su emisora me dio las claves de lo que debía ser y fue y es y será Radio Pollença. Llegué a tener un programa durante años de cuatro horas de duración en el que comencé a abrir puertas, las mismas que hoy intento seguir abriendo para aprender y aprender. Fue una celebración mágica y punki. Muy yo sin tener nada que ver ya en esa historia que ahora es de otros, pero que guardo en mí como uno de mis logros más preciados. La felicitación del alcalde es que ese día habían hablado un poco, solo un poco, de mí. Se lo agradezco en el alma.