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El Mallorca está a punto de iniciar un ciclo fundamental para su futuro. Mateu Alemany y Llorenç Serra Ferrer apalabraron ayer la transacción del principal paquete de acciones del club balear, que cambiará de manos durante las próximas semanas y transformará radicalmente el aspecto de la institución. El máximo accionista y el técnico alcanzaron el acuerdo tras una reunión de casi cinco horas que arrancó a mediodía en la finca s'Olivaret de Alaró y a falta de que se vayan completando el puzzle del nuevo escenario, el entrenador de sa Pobla ya ha decidido asumir la planficación deportiva de la temporada que viene y empezará a trazar a partir de hoy las líneas maestras del proyecto.

Alemany y Serra estaban condenados a entenderse. Hace algo menos de un año, tras varios meses de conversaciones, las negociaciones acabaron rompiéndose y las relaciones entre ambos se deterioraron de forma preocupante. Sin embargo, todo volvió a la normalidad a principios de 2010. Ambos aprovecharon la celebración de un almuerzo para limar asperezas y aunque ese día no se abordó el tema de la venta del club, sí que se repasó lo sucedido meses atrás. Se trataba del paso previo al inicio de un nuevo ciclo, el que ahora está a punto de comenzar.
Después del cónclave de ayer, el Mallorca puede mirar al frente con cierto optimismo. De hecho, Serra Ferrer y su equipo ya se han arremangado y empezarán a concretar en breve las coordenadas a seguir.

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Su misión principal pasa por aplicar el nuevo manual a una planificación deportiva que ha estado prácticamente estancada desde que se bajó la persiana de la Liga, ya que los únicos movimientos que han cristalizado hasta ahora al respecto son la continidad de Felipe Mattioni y la propuesta de renovación planteada hace unas semanas a Pep Lluís. El acceso de Serra Ferrer al puente de mando del club se traducirá en una profunda remodelación del vestuario (se prevén numerosas salidas, otras tantas altas y el regreso de varios canteranos) y en un cambio de rumbo en el banquillo, pero también afectará de lleno a la composición de la actual dirección deportiva capitaneada por Nando Pons, que quedará totalmente relegada a un segundo plano y a la espera de acontecimientos.

Serra Ferrer se hará cargo de un Mallorca en una delicada situación económica (está a la espera de que se admita su entrada en concurso de acreedores), aunque boyante en la parcela deportiva. El conjunto bermellón, que acaba de completar un ejercicio magnífico a su paso por el campeonato regular, ha vuelto a granjearse el respeto de la Liga y regresará este verano a las competiciones europeas después de seis años de ausencia. Una vez perfilado el acuerdo entre Serra y Alemany, sólo falta que el guión siga su curso y que el nuevo Mallorca vaya cobrando forma.