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El Real Madrid, único equipo de Primera que ha vencido todos sus encuentros en su estadio, recuperó las buenas sensaciones, la confianza perdida en su tropezón europeo de Lyon, derrotando a un Villarreal víctima de su endeblez defensiva, 6-2, con un estelar Cristiano Ronaldo.
El factor Bernabéu devuelve al Real Madrid a su línea positiva en Liga, haciendo sentir su aliento al Barcelona, y permitiendo a Pellegrini esquivas las críticas más duras en un momento vital para su futuro.
Nadie en el club blanco duda de que el técnico chileno acabará la temporada. Lo que está en juego es el próximo año, que tiene firmado, por el vaivén de sensaciones de un equipo que por momentos parece construido y saca a pasear su demoledora pegada, y en otros se derrumba como un castillo de naipes.
En un ritmo bajo de juego, que marcaba el conjunto amarillo, dos zarpazos madridistas dejaron el encuentro en el alambre. Pasaban 18 minutos de bostezo en la grada, ante un único tiro a puerta de Marcelo, cuando una falta lejana y escorada la golpeó Cristiano. Con gran potencia con su exterior del pie. El balón, con efecto de dentro a fuera, entró por la escuadra. La estirada de un portero de la envergadura de Diego López era inútil ante la perfección del lanzamiento.
Segundos de locura madridista y de despiste defensivo del Villarreal, propiciaron en la siguiente jugada un penalti de Marcano a Higuaín, cuando el argentino se disponía a rematar un centro de Marcelo. Kaká, errático en otros aspectos, no falló la pena máxima.
En un abrir y cerrar de ojos el Villarreal tenía dos goles de desventaja y una misión casi imposible por cumplir. Un testarazo de Capdevila comenzó a probar a Casillas, que nada pudo hacer ante otra falta magistral. Senna, superó con rosca la barrera, y ubicó el esférico en la escuadra.
Nacía la segunda mitad con el mismo ritmo. Un Real Madrid jugando con confianza, que respondía al disparo ajustado de Matilla desde la frontal con el tercer tanto. Arbeloa veía el desmarque de Cristiano, en posición dudosa, que desde el costado derecho sirvió en bandeja el tanto al Pipita Higuaín. Un nuevo zarpazo demoledor.
Ambicioso
Cristiano quería más. No paraba de lanzar desmarques y torcía el gesto cuando Diego le sacaba un mano a mano con el pie, simulando a un portero de balonmano. Como en el primer acto, el partido pasó de quedar sentenciado a igualarse. Una jugada de salón, con paredes continuas entre Pires y Nilmar, la culminó el brasileño con gol. No dudó el Real Madrid, con la confianza que le da su fuerza en el Bernabéu, y acabó goleando. Encontrando premio a su hambre. Higuaín, máximo artillero del equipo, mandaba a la red un pase de Marcelo para sentenciar. Kaká lo intentaba todo, con fe pero poco acierto. Se consoló marcando su segundo gol a placer tras jugada de Cristiano, que provocó un nuevo penalti. Lo materializó Xabi Alonso. El Madrid recupera la confianza perdida para mantener su pulso por la Liga.