El director general de la Fundación Onuart, Jorge Lasheras, ayer en Palma. | M. À. Cañellas

TW
1

Un año y medio después de su inauguración, la cúpula de Miquel Barceló en la ONU de Ginebra sigue en pie, aunque no pagada. Así lo reconoció Jorge Lasheras, director general de la Fundación Onuart, entidad que le encargó esta obra al artista. Lasheras se desplazó ayer Palma para impartir la conferencia Arte y derechos humanos: la sala de derechos Humanos en Ginebra, invitado por el Rotary Club Mallorca, y explicó las claves de este proyecto polémico de 20,5 millones de euros, que ahora difundirán a través de varias campañas.

-¿Ha habido algún desprendimiento en la cúpula?
-¿Algún medio de comunicación ha publicado una foto del desprendimiento? No ha sido verdad nunca. El consejo de Derechos Humanos se ha reunido dos veces allí, ha habido más de 250 reuniones de otros organismos y se estima que la han visto unos 125.000 turistas por las galerías. Si algo se hubiera caído, ¿ninguna de estas personas lo habría dicho? Se ha buscado cualquier argumento para decir «ves qué han hecho y encima lo han hecho mal». Una cosa así no se podría tapar.

-La polémica llegó, en parte, porque un proyecto de esta envergadura nunca se explicó bien.
-Puede ser, pero sólo puedo explicar lo que está pasando ahora. Sí puedo decir que una vez dentro del proyecto nos dimos cuenta de su magnitud. Luego estuvo parado unos meses, mientras el artista buscaba soluciones técnicas. Hubo algo de desmoralización y lo que pasó, seguramente, es que todo el mundo se concentró en que se hiciera la cúpula, quedase bien y no fallásemos. Todo lo demás, a lo mejor, se dejó en un segundo plano.

-Ha sido polémico su coste, se ha dicho que se caía, se usó una partida del Fondo de Ayuda al Desarrollo..., y la fundación no dijo nada.
-No es excusa, pero hubo cambio de estatutos y de director general... Durante unos meses, probablemente, nadie se ocupó de los temas ejecutivos ni de la comunicación.

-Le explicaron cómo se gestó el proyecto. Se dijo que se dio 'a dedo'.
-En 2005, el secretario general de la ONU le comentó a los Reyes que porqué España no hacía una nueva donación después de la de Sert en 1935. El Estado analizó el tema, se fundó Onuart y, luego, se elaboró un concurso público. Se presentaron Manuel Valdés, Miquel Barceló, José María Sicilia y Frederic Amat. Una comisión optó por Barceló porque tenía experiencia en grandes superficies, y porque el proyecto y sus plazos de ejecución eran los mejores.

-¿Por qué no se dijo desde el primer día lo que costó?
-Lo desconozco.

-¿Por qué aumentó el coste?
-Una obra de este tipo es, de entrada, difícil de presupuestar. El patronato ha vigilado todo y la cifra está en la línea de lo aprobado.

-Tampoco se dice cuánto cobró Barceló por este trabajo.
-Hay una cláusula del contrato que exige no revelarlo. Pero ya ha cobrado. Ustedes saben cuál es el precio de mercado de una obra suya. Ésta mide 1.000 metros cuadrados... Mucha gente dice que será una de las grandes obras maestras de XXI. El artista ha hecho algo impresionante y debemos estar orgullosos.

-¿Ya se ha pagado todo?
-20,5 millones de euros no se pagan con un cheque. La fundación tiene un plan de financiación y está pendiente pagar una parte.

-¿Onuart tiene nuevo proyecto?
-No nos lo hemos planteado porque, después de esta gran obra, es necesario dedicar un tiempo a su difusión con transparencia absoluta. Hay que esperar también a que la coyuntura económica cambie.

-¿En su difusión utilizan el vídeo pagado por Balears?
-Sí, por ejemplo, en la conferencia de hoy [por ayer] pasamos algunos minutos.