Imagen de las obras que estos días se llevan a cabo en Port Adriano. | Alejandro Sepúlveda

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Proliferan las quejas y cunde la indignación entre los residentes y empresarios hoteleros de El Toro por las molestias que ocasionan, en plena temporada estival, las obras de ampliación del puerto deportivo de Port Adriano.

El ruido y el polvo que genera el uso de maquinaria pesada y cortadoras radiales, empieza a acabar con la paciencia de los moradores de las exclusivas viviendas y complejos residenciales de lujo de la zona, así como de los directivos y clientes del hotel de cinco estrellas próximo al puerto.

También muestran cierto malestar los propietarios de amarres y usuarios del puerto deportivo, ya es durante estos meses de verano cuando se producen un mayor número de pernoctaciones en las embarcaciones fondeadas en el recinto portuario de Calvià.

Las obras que se ejecutan actualmente, corresponden a la construcción de una nuevo dique. En consecuencia, se hace necesaria la utilización de maquinaria pesada para crear nuevos espacios de fondeo.

Normativa

El movimiento de rocas y demás sedimentos, provoca ruidos muy molestos a las personas que durante estos días pretenden disfrutar en El Toro de unas jornadas de descanso, al tiempo que chocan frontalmente con la ordenanza municipal que prohibe la ejecución de grandes obras durante los meses de junio, julio, agosto y septiembre en las zonas turísticas del término. Los trabajos de ampliación de Port Adriano arrancaron a finales del año 2007 y los ejecuta la empresa Ocibar.

El objetivo de las obras es poder dotar a Port Adriano de 80 nuevos amarres para yates de gran tamaño.

Esto permitirá ampliar la oferta a los barcos más lujosos, de hasta sesenta metros de eslora.

Dique

Tras la ampliación, el remozado puerto deportivo contará con un nuevo dique de 526 metros de longitud y, según los constructores, no se hará falta construir una escollera, sino que se procederá a levantar una barrera con grandes cajones de hormigón que llegarán remolcados desde la provincia de Castellón.

Se trata de grandes bloques de 15 metros de alto, 25 de largo y 10 de fondo.