Raúl Burillo, delegado especial de la Agencia Tributaria en Balears. | M. À. Cañellas

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En pleno concurso de acreedores y a las puertas de una profunda remodelación, el Mallorca sigue negociando la deuda que mantiene con su principal acreedor: la Agencia Tributaria. El club acumula ante Hacienda un pasivo de entre 30 y 33 millones de euros y aunque todavía falta por definir qué porcentaje tiene una categoría preferente, ha propuesto pagarlo en un plazo de diez años y a través de cuotas crecientes. Si las negociaciones arrojan un resultado satisfactorio, la entidad obtendría un margen de maniobra en su camino hacia la supervivencia.

El Mallorca está obligado a encontrar una salida en esa dirección para seguir respirando con cierta tranquilidad y aunque sus conversaciones con Hacienda todavía no han cristalizado, ya hay algunos puntos que sí que están totalmente claros. El más importante de todos recuerda que en el caso de que el Mallorca obtenga cualquier tipo de ingreso extraordinario durante los próximos años (traspasos millonarios, beneficios por participar en la Liga de Campeones, en la Europa League...), una proporción importante del misma iría directamente destinada a la Agencia Tributaria con el fin de seguir amortizando la deuda.

En cualquier caso, las negociaciones van por buen camino y todo apunta a que el Mallorca acabará disfrutando de otro balón de oxígeno. La buena sintonía que existe entre el delegado especial de la Agencia Tributaria en Balears, Raúl Burillo, y dos de las piezas claves en los despachos de la entidad como Mateu Alemany o Pere Terrasa, podrían suponer un punto de partida importante para alcanzar el acuerdo definitivo.

Presupuesto

El Mallorca contará con un presupuesto cercano a los 30 millones de euros esta temporada, un cantidad levemente inferior a la del ejercicio anterior.