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El aumento de carbono negro en la atmósfera acelera el proceso de calentamiento global, según un estudio publicado en la revista Nature. Los aerosoles del carbono negro absorben la radiación solar, lo que convierte a este componente en uno de los agentes de presión climática más importantes después del CO2. Debido a que el carbono negro permanece en la atmósfera sólo algunas semanas, la reducción de esas emisiones podría ser una de las formas más rápidas de mitigar el cambio climático a corto plazo.