La siembra se hace en febrero.

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Llega el verano y una de las frutas más refrescante y jugosa para consumir en esta época de fuerte calor es la sandía. Estos días han empezado las tareas de recolección, que se alarga hasta finales de septiembre.

En la finca de sa Sínia (en Manacor) gestionada por Agroilla, la previsión es recolectar 1,5 millones de kilos. Mateu Pascual, uno de los socios de la empresa, explica que «uno de los momentos más importantes es la recolección, ya que si la sandía se recoge en el momento óptimo conseguiremos que tenga un gran calibre, que sea jugosa y muy dulce». Es decir, con una textura de la carne floja pero lo suficientemente fuerte para que aguante bien la postrecogida y con un nivel de azúcares adecuado.

Por ello, esta sandía es recolectada por personas especializadas. «El especialista en el corte pasa por nuestros campos y las selecciona y corta, mientras que –posteriormente- los recolectores la van colocando adecuadamente en las cajas para su posterior transporte desde la finca hasta las instalaciones para dar paso a su comercialización», explica Mateu.

La empresa Agroilla en la finca de sa Sínia tiene previsto recoger esta temporada hasta 1,5 millones de kilos.

La climatología de este año ha sido favorable, aunque estas últimas lluvias sí que han retrasado la maduración del fruto. Por ello hay que seguir pendientes de la evolución del tiempo porque, al fin y al cabo, es el que dictamina la maduración del fruto.

La siembra de sandía en exterior se realiza en la semana 7-8 del año, es decir, en el mes de febrero. En sa Sínia se cultivan de dos tipos. La negra, con micro-pepitas que se pueden consumir, por eso se la conoce como ‘sandía sin pepitas’, y la clásica y más reconocida en los hogares de Mallorca, la rayada con pepitas.

Cada año, el equipo técnico de Agroilla selecciona las mejores variedades, hecho que diferencia la mallorquina de otras sandías llegadas tanto desde la Península como de otros países. «La de aquí se puede recolectar en el momento perfecto de su consumo y en 24 horas está en los hogares de los clientes», explica Mateu Pascual. De ahí la importancia de consumir producto local y de proximidad, y más éste año con la crisis sanitaria debido al coronavirus. Cabe señalar que uno de los principales clientes es el sector de la hostelería, ahora cerrado. Los productores están a la espera de cómo transcurrirá el consumo en la Isla.

Mateu Pascual y Joan Simonet.

Para conseguir una buena producción hay que tener presentes tres pilares: un buen riego (que tenga agua en la cantidad adecuada), una fertilización óptima y tener cura de las plagas o enfermedades. Respecto a la tierra, no tiene muchos secretos y sirve la misma que para muchos otros cultivos, aunque para que sea más productiva siempre necesita una rotación y un descanso; así, la próxima campaña será mejor.